"Todo
es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y
los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero
diferentes
en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi verdades
todas
las paradojas pueden reconciliarse".
EL
KYBALION.
Este
principio encierra la verdad de que todo es dual; todo tiene dos polos;
todo
su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas
herméticos.
Explica y dilucida las antiguas paradojas que han dejado perplejos a
tantísimos
investigadores, y que literalmente decían: "La tesis y la antítesis
son
idénticas en naturaleza, difiriendo solo en grado"; "los opuestos son
idénticos
en realidad, diferenciándose en su gradación"; "los pares de
opuestos
pueden
conciliarse, los extremos se tocan"; "todo es y no es al mismo
tiempo",
"toda
verdad no es sino media verdad"; "toda verdad es media falsa",
etc. Este
principio
explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los
"opuestos"
no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa,
consistiendo
la diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos. El
calor
y el frío, aunque opuestos, son realmente la misma cosa, consistiendo la
diferencia,
simplemente, en diversos grados de aquella. Mirad un termómetro y
tratad
de averiguar donde empieza el calor y donde termina el frío. No hay nada
que
sea calor absoluto en realidad, indicando simplemente ambos términos, frío y
calor,
diversos grados de la misma cosa, y que ésta se manifiesta en esos
opuestos
no es más que los polos de eso que se llama Calor, o sea la
manifestación
del principio de polaridad que nos ocupa. El mismo principio se
manifiesta
en la "luz" y la "obscuridad", las que, en resumen, no son
sino la
misma
cosa, siendo ocasionada la diferencia por la diversidad de grado entre los
dos
polos del fenómeno. ¿Dónde termina la obscuridad y dónde empieza la luz?
¿Cuál
es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Cuál
entre
duro y blando? ¿Cuál entre blanco y negro? ¿Cuál entre alto y bajo? ¿Cuál
entre
positivo y negativo? El principio de polaridad explica esta paradoja. El
mismo
principio opera de idéntica manera en el plano mental. Tomemos, por
ejemplo,
el amor y el odio, dos estados mentales completamente distintos
aparentemente,
y notaremos que hay muchos grados entre ambos; tantos, que las
palabras
que nosotros usamos para designarlos, "agradable" y
"desagradable", se
esfuman
una en la otra, hasta tal punto que muchas veces somos incapaces de
afirmar
si una cosa nos causa placer o disgusto. Todas no son más que
gradaciones
de una misma cosa, como lo comprenderéis claramente por poco que
meditéis
sobre ello. Y aun más que esto, es posible cambiar o transmutar las
vibraciones
de odio por vibraciones de amor, en la propia mente y en la mente de
los
demás, lo que es considerado como lo más importante por los hermetistas.
Muchos
de los que leéis estas páginas habréis tenido experiencias en vosotros
mismos
y en los demás de la rápida e involuntaria transición del amor en odio y
recíprocamente.
Y ahora comprenderéis la posibilidad de efectuar esto por medio
del
poder de la voluntad, de acuerdo con las fórmulas herméticas. El
"Bien" y el
"Mal"
no son sino los polos de una misma y sola cosa, y el hermetista comprende
y
conoce perfectamente el arte de transmutar el mal en el bien aplicando
inteligentemente
el principio de polaridad. En una palabra, el "arte de
polarizar
se convierte en una fase de la alquimia mental, conocida y practicada
por
los antiguos y modernos Maestros herméticos. La perfecta comprensión de este
principio
capacita para cambiar la propia polaridad, así como la de los demás,
si
uno se toma el tiempo y estudia lo necesario para dominar este arte.