Con la práctica de ciertos
ejercicios, y la regulación de la respiración; el proceso de yoga purifica la
sangre, los nervios y los diferentes órganos de nuestro cuerpo, relajando así
el cuerpo y la mente. De esta forma, se facilita la concentración de nuestra
mente, para el desarrollo de cualquier actividad, incluyendo las técnicas de
meditación. La meditación nos ayuda a controlar la mente y reducir las
tensiones, incrementando simultáneamente el autocontrol, la sencillez y los
pensamientos puros.
Los cambios causados por
el yoga, son naturales y permanecen durante mucho tiempo. La practica del yoga
nos alivia las cargas de las intensas exigencias de la vida moderna. Pues el
exceso de ansiedades destruye la salud y la felicidad. La medicina moderna ha
concluido que las ansiedades son una de las causas más importantes de muchas
enfermedades, y en cambio, la tranquilidad trae como consecuencia una buena salud.
Aunque siempre queremos culpar a las fuerzas o factores externos por nuestras
dificultades, la práctica del yoga demuestra que muchos problemas pueden ser
resueltos mediante nuestra autodisciplina. Experimentos de laboratorio han
demostrado que las ondas del cerebro de yoguis que se encuentran en estado de
meditación son más armoniosas que las ondas del cerebro de otras personas que
duermen en sueño profundo, que se encuentran bajo el proceso hipnótico o que
están despiertas.
Otras investigaciones y experimentos
demuestran que los yoguis que practican regularmente las diferentes técnicas
yógicas, aumentan sus habilidades de relajación, reducen la velocidad en los
latidos del corazón, reducen la presión de la sangre y controlan (hasta cierto
punto) el sistema nervioso, el cual había sido considerado por la ciencia
médica occidental como incontrolable por medio de la conciencia.
Así pues, funciona el
yoga, ofreciendo nuevas y múltiples oportunidades de mejorar y regular nuestra
salud.